Me engañaría a mi mismo si lo afirmara, y de hecho , de algún modo u otro en algún momento pude caer al no negarlo propio de un ego inflado que trataba de vivir de una ilusión que él mismo sabia que no es cierta.
Pero es fácil caer en el propio engaño. Practicas yoga, eres vegetariano, una persona calmada y además vives en India.
Los oídos se te llenan de halagos cuando la palabra ¨yogui¨ brota fácilmente de los labios de amigos, familia y conocidos cuando decides visitar tus orígenes.

Te hace sentir bien. Alguien especial. Respetado. Y caminas con pasos lentos, vestido de blanco para sentarte luego en el suelo con piernas cruzadas y espalda derecha alimentando esa imagen, esa fantasía que todo el mundo quiere creer y a la que decides dar vida y acabas creyendo.

Hasta que la propia realidad cae ante tus ojos , corriendo en una bicicleta estática, anclado en el mismo lugar.
Por un momento creíste subir y bajar montañas, y haber cruzado medio universo, cuando en realidad, jamas dejaste de estar en el mismo lugar.

Es entonces cuando realmente das un paso en frente mas nuestra realidad se expresa en todo su esplendor y crueldad, con todas tus limitaciones, tus temores, tus auto-engaños. Duele, si, y mucho. E incluso el desanimo te pierde y te plantea si en algún momento valió la pena. Y lo valió, claro, al fin y al cabo, ejercitaste las piernas.

Hace poco uno de mis profesores dando un Satsang ( enseñanza ) sobre Satyam ( Yama / decir la verdad), nos dijo:

¨ Solo cuando sepas donde estas, podrás dar el primer paso hacia tu meta. Si mientras estás sentado en esta sala crees  estar tumbado en la playa, jamás podras emprender el camino a casa ya que olvidaras que el primer paso será levantarte  y salir de esta misma sala¨

Ser un yogui es mucho mas que ser practicante de asanas ( posturas ) y/o meditación . Sería como si todo aquel en la que en su dieta también incluye verdura de vez en cuando, dijera ¨soy vegetariano¨.

Es una filosofía, un modo de vida, de vivir , de actuar contigo y con el mundo. No dentro de un clase, no durante esas dos horas de práctica, sino a cada segundo, a cada instante en el que la vida brota, respiras, interactuas, piensas. Un proceso interno nada que ver con un atuendo o una acción concreta. Sino un todo.

Y el primer paso hacia esa meta es saber que no lo soy

NAMASTE

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