Siempre he admirado en la distancia todas aquellas personas que tienen la habilidad de destacar en algo notoriamente.
Conocidos o lejanos, en vivo , televisión , arte o leído en un artículo. Aquellas personas que parecen sobresalir del resto con un halo entre héroe y genio.
Artistas increíbles. Músicos que mueven masas . Pensadores. Científicos. Deportistas. Periodistas. Emprendedores.
Aquellos genios en lo suyo que aparecen una y otra vez en los medios como icono de inspiración y admiración.
Los miras desde abajo. Desde tu propia criterio y juicio inferior de ti mismo creyendo estar demasiado lejos y eludido de la magia de nacimiento que parecen poseer ellos mientras tu simplemente eres uno más, que aceptas, pero tan sólo uno más.
¿pero y si en realidad todo ello fuera alcanzable para todos? ¿ y si sólo se tratará de una cuestión de motivación, de acción, de Evolución?
¿y si como humanos tuviéramos el potencial innato pero dormido o simplemente limitado por nuestras propias justificaciones?
Cuantos casos de “luchadores” que contra todo pronostico lograron grandes metas admiradas por todos. Aquellas personas que nos inspiran. Aquellas personas que nacieron igual que tu y yo o en una situación física , cultural o emocional peor y que con su actitud y propósito alcanzaron metas que parecían imposibles.
¿y si todo se basara en el propio desarrollo? ¿ en el propio crecimiento? ¿ en el propio entrenamiento evolutivo personal? ¿ en el uso del tiempo para tal fin?
Sería entonces un factor solo y exclusivo de propia responsabilidad y quizás ello sea demasiado doloroso como para aceptar que nuestra propia limitación es fruto de nuestra propia pereza, aunque pereza sea demasiado superficial como para definir algo tan profundo con un sin fin de motivos limitantes auto-impuestos por varias causas.
Si todo se basa en el uso de mi tiempo. De mis acciones ejecutadas en él. Si todos coincidimos en que el hábito hace al monje. ¡Ay el hábito!. Que facilidad para justificar y dificultad para llevarlo a cabo.
Si fuera tan simple como modificar aquellos pequeños malos hábitos que malgastan mi vida y la dejan vacía por otros que generen un crecimiento. ¿ que sucedería?
Si durante todo un año invirtiera algo de tiempo en aprender un idioma , ¿cuantos idiomas sería capaz de aprender?
Si durante todo un año meditara cada día, ¿ en que estado de paz y serenidad me encontraría?
Si durante todo un año leyera algún libro cada día ¿ cuanto llegaría a aprender?
¿Que capacidad de aprendizaje y evolución personal tendría si mi rutina se basa en estos principios?
¿cual es mi limite? si lo hay…
Dentro aparece esa voz de censura. Aquella que siempre echa por tierra cualquier intención de cambio o de pensamiento positivo sobre ti mismo y tus cualidades.
“ no tengo tiempo”, “ yo no soy bueno en…” “yo no puedo…”
Seguramente habrá un camino. Algo que facilite el trayecto y que conviertan todas aquellas debilidades de la mente en otro punto a favor para superarse.
Descubrámoslo y evolucionemos