practicar meditacion

Solía usar esta afirmación para referirme a todo lo relacionado con lo espiritual, energias, yoga, etc. en cierto modo, para no usar las ya desgastadas palabaras mencionadas y caer en la interpretación de una nueva filosofía New Age. Sin embargo, no hay sido hasta ahora cuando esta frase ha adquirido más significado y sentido en mi propia práctica y de algún modo, casi insconciente, una gran revelación interior.

Algo que agarra más forma y presencia especialmente tras cada retiro de meditación en silencio, donde lo ¨groso¨ y superficial queda en un segundo plano para permanecer en un estado en que los sentidos aumentan y las percepciones se despiertan hasta el punto de gozar y sentir todo aquello escondido tras el gran ruido constante, externo e interno.

Permanecemos tan absortos y acostumbrados al ruido y a la materia grosa que nos olvidamos de lo más bello y casi imperceptible tras cada gesto, cada mirada, cada sonido, cada sabor, cada todo. El lugar donde reside la esencia.

Es como si es un bar lleno de gente y gritos hubiera al fondo de la sala un violín danzando la más bella y dulce melodía jamás interpretada…¿quién lo escucha?¿quién lo goza? Es algo tan sutil que se pierde en el vacío mientras permanecemos hipnotizados por un ruido constante que no nos deja apreciar la más pura esencia de las cosas. Y tras ello nace el aburrimiento, y el constante ansia por algo nuevo, más lo sentidos se cansan y la repetición se hace continua…

¿qué esta ocurriendo ahora mismo? ¿somos conscientes de lo sonidos, los olores, el tacto del viento, la ropa? y si vamos un paso más allá, ¿cómo nos sentimos?  este olor, esta canción, este momento… ¿qué nos hace sentir? ¿qué evoca en nuestro pensamiento?

Cuando tienes el gozo de vivir por un instante en ese Mundo, la vida se transforma. El presente se hace vivo. Y el gozo por cada instante se hace tan eterno que ya nunca aspiras a algo más. A un futuro. Al aburrimiento constante y necesidad por llenar ese vacío de algo más y más ¨groso¨ que nos haga olvidar lo que somos incapaces de ver o sentir. El presente.

El mundo moderno acelera ese proceso. Los estimulos externos son constantes y la mente se pierde bajo ese murmullo constante.

¿como salir? ¿ como desarrollar esa percepción innata que sin embargo parece haberse perdido en el fondo de nuestro recuerdo?

La meditación. Esa es la herramienta que nos devuelve a ese centro. A la esencia. A la capacidad de silenciar el ruido, hacer callar a las gentes y escuchar ese violín. Y cuando ello se practica de un modo constante, los sabores se vuelven más intensos, el tacto del viento es una caricia constante, el sonido del vuelo de un pajaro una melodía, la vista más aguda y la fragancia de una flor tu compañera constante.

Experimentar y escuchad hasta lo más imperceptible. Y si gozais de la suerte de poder hacer un retiro de silencio de 10 días, no perdáis ocasión. Tras ello, observaréis que el mundo, aquél mundo que creiais conocer se ha transformado y tras cada paso, aparece un nueva sensación a la que uno no puede mas que sonreir.

NAMASTÉ

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